¿Cómo puedo ser hijo de Dios?

¡Dios quiere que las cosas vuelvan a estar bien entre Él y tú!

¿Cómo me salvo?

Reconoce que eres un pecador.

¿Eres una buena persona? Probablemente respondas “sí” a la pregunta y tampoco entiendas por qué entonces necesitas un salvador. Simplemente no puedes compensar tus malas acciones con tus buenas acciones.

Por ejemplo, un juez justo no puede dejar libre a un asesino porque ese asesino sea un buen padre. Dios ha puesto sus leyes en nuestros corazones, en nuestra conciencia. Por ejemplo: no mientas, no robes, no uses el nombre de Dios en vano, no cometas adulterio (ni siquiera con el pensamiento). También es pecado si sientes que puedes hacer algo bueno pero no lo haces. ¿Cuántas veces has quebrantado tú solo estas leyes? Si ahora te miras a ti mismo de acuerdo con el criterio perfecto de Dios, ¿todavía te llamarías a ti mismo una buena persona? Desgraciadamente yo no. 

¿Pero no se dice que Dios es amor? ¿No puede hacer la vista gorda? Sí, Dios es amor, pero también es santo y justo. 100% justo. Los mandamientos de Dios no pretenden condenarte, sino mostrarte que eres culpable y que necesitas un Salvador que cargue con el castigo de tus pecados.

Pide perdón por tus pecados y acepta a Jesús como tu Salvador.

Si un juez hace la vista gorda ante la injusticia, entonces es corrupto y debería ser castigado. Dios es perfectamente santo y justo y, por tanto, no puede dejar impune ningún pecado. Por lo tanto, a menos que estemos libres de pecado, Él también debe condenarnos. La Biblia dice que la consecuencia del pecado es la muerte. Pero el amor de Dios por nosotros es tan grande que envió a su propio Hijo a la Tierra para soportar el castigo por nosotros a través de su sufrimiento y muerte en la cruz.

Dios sólo pide que creamos en Su Hijo y le aceptemos como nuestro salvador con el fin de ser salvados del castigo que merecemos. S. Juan 3:16 dice: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”.

Tan pronto entregas tu vida a Jesucristo, el Espíritu Santo comienza a vivir en ti, también llamado el Consolador. Él nos hace evidente el pecado y nos muestra el camino hacia Jesús. Él te guía y te da fuerza para perseverar en circunstancias difíciles.

Apártate de tus pecados, conoce a Dios a través de la Biblia y confía en Él

Puedes conocer a Dios leyendo la Biblia y hablando con Él a través de la oración, Él quiere una relación contigo. La Biblia también nos dice que la fe sin buenas obras es una fe muerta. Esas buenas obras surgen de la gratitud y el amor, en realidad es algo natural cuando empiezas a experimentar Su amor.

Cuando aceptas a Jesucristo como tu Salvador, te conviertes en un hijo de Dios. La vida no será necesariamente más fácil, pero Él estará contigo con Su fuerza, paz y amor. Una paz y amor que no son de este mundo y que son difíciles de explicar. Sólo puedes experimentarlo tú mismo, entregando tu vida a Jesucristo. Él te guiará en esta vida, siempre estará contigo y nunca te dejará.